El último reporte oficial de las autoridades indica que ya son trece las personas muertas por las quemaduras que sufrieron en el incendio de un camión a un costado de la vía Ciénaga-Barranquilla, a la altura del corregimiento de Tasajera, Magdalena.
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En las últimas horas se confirmó que otros tres hombres murieron por la gravedad de las heridas en el cuerpo.
Los decesos de este martes se registraron: dos en el hospital Julio Mendez Barreneche, uno en la clínica Marcaribe de la ciudad de Santa Marta y dos más en las clínicas General del Norte y uno en Atenas, de Barranquilla. Estas víctimas se suman a las siete que quedaron calcinadas en el sitio del siniestro.
El gobernador Carlos Caicedo gestionó, con el Ministerio de Salud y la Fuerza Aérea Colombiana (FAC), la llegada de un avión adecuado con camillas y cinco equipos de ventilación asistida, para el traslado de 10 heridos al Hospital Simón Bolívar de Bogotá.
“En este vuelo de la Fuerza Aérea que habíamos solicitado el lunes, y gracias a la coordinación efectiva que se hizo con el Ministerio de Salud, se trasladaron inicialmente 10 pacientes. Dos más van en un segundo vuelo”, expresó Caicedo.
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En total serán remitidos 14 pacientes a Valledupar, 13 a Barranquilla y 12 a Bogotá. “Confiamos en que reciban todas las atenciones necesarias para salvar sus vidas”, dijo el mandatario.
Una vez terminada esta operación médica con el avión de la FAC, se coordinará con los familiares para que puedan viajar a acompañar a los heridos. Igualmente, la Gobernación reiteró el apoyo humanitario y psicosocial a los familiares de los fallecidos.
Drama de familiares
Las escenas que se viven en las afueras de las clínicas son desgarradoras. Mamás, papás y hermanos sufren por el estado crítico en el que permanecen sus seres queridos.
Las familias se aferran a un milagro que salve de la muerte a este grupo de heridos, que, en su mayoría, presenta quemaduras en el 80 y 90 por ciento del cuerpo.
Durante el traslado de los pacientes a otras ciudades, sus seres queridos lloraban desconsolados al no poder acompañarlos inmediatamente. Temían que esa fuera la última vez que los verían con vida.
“No me dejen aquí sin mi hijo, yo quiero irme con él”, exclamaba en medio de gritos una madre que se negaba a quedarse en Santa Marta, mientras su hijo en estado de gravedad era conducido a Bogotá.
Para otros como Yiseth Cantillo, la angustia es mayor, porque ni siquiera tiene claro la suerte de su compañero sentimental, de nombre Heider José Carranza Ariza, de 24 años, quien la última vez que lo vio, iba camino al kilómetro 47 a buscar combustible del camión que posteriormente se incineró.
“Busqué en el hospital de Puebloviejo y Ciénaga; recorrí las clínicas, pero no lo encuentran. No sé si está en otra ciudad o es uno de los muertos”, relató la mujer.
Eduard González Santana tampoco pierde la fe que su hijo Eduard Rafael González, de 25 años, siga vivo.
“No aparece en ninguno de los registros de heridos, pero mi corazón de padre me dice que no murió”, expresó este pescador mientras permanece en la parte externa de la sede de Medicina Legal, en Santa Marta.
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Varias de estas personas que siguen sin dar con el paradero de sus seres queridos, piden a las autoridades de Salud un reporte más concreto sobre la identidad y ubicación de los lesionados.
Roger Urieles
Para EL TIEMPO Santa Marta
@rogeruv